domingo, 27 de marzo de 2011

Cartas que nunca mandé

Al fin y al cabo no eras una deidad. El tiempo quiebra las coyunturas de la obsesión y nos da claridad en las tinieblas. Nada como abrir los ojos después de un tiempo sin verte. Así y todo nada vuelve a ser igual. Veo las cosas de otra forma. Un día me dijiste que ojalá nos volviéramos a encontrar en otra vida, cuando fuéramos perros o gatos. Hoy ya es otra vida. Todavía no soy un gato, pero me parezco más a un perro mojado con rabia. La vida pasa y algunos como pasaron se fueron. Otros que se fueron volvieron, pero sólo unos pocos se quedaron. Los que se fueron merecían irse. Por los que volvieron me alegro y tienen sus méritos. Sólo temo por los que se quedaron. No suelo hacer lo posible para que no se vayan. Tengo esos recuerdos de no haber hecho nada para que te fueras. Así y todo lo hiciste. No me siento suficientemente bueno para retener almas pasajeras. Intento ser un chico normal, pero a veces cuando pienso, soy más peligroso que mono con Gillet.
Es un camino largo por recorrer ¿Temerle a la soledad? Eso es moco de pavos. Hoy recuerdo y siento que me faltan cosas, que perdí momentos y le tengo miedo a mis sueños. No distingo entre lo que pasó y lo que hubiese pasado. Nadie sabe qué hubiese pasado, pero mi imaginación es bastante certera. Un día me levanto y pienso en vos, otro día me levanto y pienso en vos, otro día… Extraño retener tu foto en mi cabeza, pero siempre me olvido de mis sueños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo que vuelvas a escontrarte con la escritura de vez en cuando...me gusta lo que haces...me preocupa lo que pensas...pero vos solo sabes que significan tus palabras. Sabes que soy de las que van y vienen pero mi cariño y mi amistad no varían!
te quiero mucho amigo y gracias por estar siempre!
beso enorrrrrme
flor