miércoles, 13 de mayo de 2009

Ilusión Ilusa

Me pasa la vida, las lágrimas y los sueños desarraigados del bolsillo del saco ¿Qué se hace con un tonto que no para de soñar? Qué se hace con una vida tan llena de quimeras, de ilusiones ilusas que morirán en un cuaderno, en una computadora o peor aún, en un cerebro perturbado. Ilusiones que no dependen de uno, que dependen de una gran maraña de sucesos, actos y pensamientos de otra persona, que seguramente ni se ha dado por aludida de que dio un paso en falso… o no. A lo mejor el que dio el mal paso fui yo.
Todos los días, en algún momento, en algún rincón desolado pienso. Y ya hace tres años que todos los días, en algún momento, en algún rincón desolado pienso. Según el budismo no encuentro la “iluminación”. No me vengan a hablar de iluminación, de iluminación háblenle a EPEC. Lo mío es boludes, ceguera, estupidez, o simplemente discapacidad para entender lo que no tiene explicación. Y pensar que alguna vez alguien me dijo que lo que tenía yo era una calentura, que ya se me iba a pasar. Ya van tres o cuatro años, todavía espero que se pase pero no encuentro ni vislumbro un final. Algunas calenturas se apagan con un sentimiento difícil de explicar.

1 comentario:

Pauuu dijo...

Todos estamos ciegos. Todos somos unos boludos. Todos tenemos ilusiones que para los demás quizá no valgan la pena. Pero si no fuésemos boludos, ciegos y soñadores... ¿qué mierda seríamos?