Hoy, por una de esas casualidades de la vida pensé en vos. Fue raro, porque recordé caricias que no me supiste dar, besos que jamás se encontraron y charlas ficticias interminables que nunca existieron. Quise recordar tu cara y no pude. Tuve muy pocas oportunidades de imprimir tu rostro en una de las hojas en blanco de mi cabeza. Y sigue siendo raro, porque aún hoy, después de tanto tiempo y después de haber pasado por tantos labios insípidos, no puedo olvidar el sabor de una boca que nunca probé.
Hoy, por una de esas casualidades de la vida pensé en vos y concluí en que mi mente divaga por caminos abyectos y me juega malas pasadas. Bromas que no se pueden olvidar o chascos imperdonables que se quedan grabados hasta el día de hoy. Soñar despierto, definitivamente conduce a consecuencias graves.
Pienso en enviarte estas palabras, pero mi orgullo es más grande que mi libertad de expresión. Hoy revuelvo, husmeo y tiro ropa de un placard que se vendió hace ya tiempo.
martes, 9 de diciembre de 2008
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5 comentarios:
Que lindo escrito. Esos días en que te despertas pensando en algo que era soñado es porque en ese preciso momento lo soñado dejó de ser. Sin embargo, no hay quién te quite esos minutos, o sin duda segundos, en los que se crean esas imagenes mentales de ese alguien a quien se recuerda con cariño. La mente, la memoria, y el pasado juegan con nuestra mente del presente y la ahoga con sus más profundos y escondidos sentimientos de libertad.
Así como dice tu queridísimo Arjona "no hay quién se salve de este asunto". Creo que nadie va a morir invicto de esas guerras que a veces nos declara el amor, el corazón, o lo que sea en donde los sentimientos estén involucrados. Historias como la tuya hay miles, cómo la vive cada uno, una sola. Alguna día, te voy a contar las mias.
Pero nos sirve che. A veces nos sirve soñar despiertos y levantarse al lado de esa persona, pero está mejor soñar dormidos, así de paso descansamos.
¡Qué cansada estoy!
¡¡¡ahh!!!¿Cuál es el problema que no tenga título lo último que escribí? jajaja. Que se yo, por ahí en ese día, que las redactoras publcitarias no escribieran con títulos, era normal.
Odio que haya un comentario suprimido. Si existe algo con libertad de espresión es mi blog. Mierda che, animensé a escribir
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