lunes, 15 de diciembre de 2008

Verdades de apuntes

La verdad es que no soy muy amante de los apuntes de la universidad. Siempre que puedo escabullirme de ellos lo hago. A veces me topo con resúmenes muy satisfactorios. En otras ocasiones hay amigos muy predispuestos que explican su contenido cinco minutos antes de entrar a rendir. Y por ahí, pero muy de vez en cuando se encuentran exquisitas monografías de estudiantes frustrados por el mismo motivo que me compete en Internet.
Por más que lo intento, los apuntes se me hacen eternos, monótonos y realmente molestos en el bolso. Por eso es que trato de esquivarlos, pero quiera o no, muchas veces tuve que juntar coraje, tragar saliva y sentarme horas al frente de uno para leerlo hasta el final. Y en contadas ocasiones descubrí una especie de patrón que se repetía: Todos los apuntes, TODOS, tienen capítulos, hojas y párrafos que el profesor no pide, que nunca van a tomar y que nunca nadie va a leer. Pensando un poquito más me pregunté: ¿Para qué el profesor se toma el trabajo de armar este apunte y pone temas que nunca va a tomar? Y como siempre divago por ramas en las que debería no meterme… En fin, concluí en que los profesores y los fotocopiadores, son dueños y socios de una organización macabra en búsqueda de nuestro dinero. Estudiantes y estudiantas, no se dejen engañar por estos estafadores del demonio.

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